martes, 9 de noviembre de 2010

El Valencia da la cara

El equipo che viajó ayer a la capital hispalense para batirse con el que es uno de sus competidores directos: el Sevilla F.C. Ambos tienen un estilo de juego muy parecido y son dos de los conjuntos alternativos en la llamada liga de dos.

Un partido muy igualado condicionado por la expulsión de Mehmet Topal, justo cuando el Valencia parecía tomar las riendas del encuentro. El colegiado Iturralde expulsaba a Topal por roja directa, en el minuto 25 de la primera parte, tras cometer una dura entrada al jugador Marín Cáceres. Una expulsión polémica por la exageración del uruguayo y por la precipitación de Iturralde que dejaba al equipo valencianista con 10 a la media hora de partido.



El técnico valencianista, Unai Emery, en una alarde de valentía, optó por mantener a los cuatro delanteros sobre el terreno de juego, a pesar de la inferioridad numérica. Pero el Sevilla supo aprovechar su ventaja, y se hizo con el dominio del balón a pesar de que el Valencia tuvo controlado el partido durante la primera parte. Incluso con un César lesionado que se negaba, entre gritos, a abandonar el terreno de juego al menos hasta la segunda parte del encuentro.

En la reanudación, Gregorio Manzano entrenador del conjunto hispalense, sacó toda su artillería pesada al campo. Y acertó. En tan solo dos minutos, Negredo aprovechó un rechace de Guaita, que finalmente había sustituido a César, para anotar el 1-0 e inclinar la balanza a favor de su equipo.El equipo che, poco más pudo hacer ante este Sevilla que sentenció el partido con un 2-0, a un cuarto de hora del final, de la mano de Alfaro tras una asistencia de Dabo.

César, portero del Valencia C.F.
Un duro golpe para el Valencia que en todo momento dio la cara, y se dejó la piel en el campo. Sufrió con la expulsión rigurosa de Topal, con la baja de César que. a pesar de todo, se negaba a dejar a su equipo en esas circunstancias, incluso con las grandes pitadas de los aficionados del Sánchez Pizjuán, sobre todo hacia Joaquín a quién no le perdonan su pasado bético.

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