Decepción. Eso es lo que sienten hoy todos los aficionados del Valencia. Ayer el equipo che se jugaba contra el conjunto castellonense su pase a la siguiente fase de la Copa del Rey. No era un partido fácil, el Villarreal ya ha demostrado en varias ocasiones ser un equipo a tener en cuenta. Sin embargo, el Valencia hizo una primera parte brillante, demostrando su buen fútbol, y la calidad de sus jugadores.
Tan sólo a los cinco minutos de comenzar el encuentro, el Valencia se adelantaba en el marcador con un gol de Banega. Y Soldado parecía sentenciar el partido en el minuto 23. El conjunto che dominaba el encuentro. El Villarreal estaba ahogado y no aparecía por ninguna parte.
Pero, cuando todo parecía perdido para los castellonenses, y después del descanso, el Villarreal reaccionó. Con coraje y fe. La furia del submarino liderado por el italiano Rossi, apareció en escena. Y el Valencia entró en pánico. Cazorla fue el primero en marcar. Luego Rossi con un penalti empataba el encuentro. Que llegaran los goles de la victoria era sólo cuestión de tiempo ante un Valencia que había desparecido. Marco Rubén sentenció.
Y Rossi quiso poner la guinda al pastel en los minutos finales, convirtiéndose en el máximo goleador de la historia del Villarreal. 4-2. Cuatro goles en cuarenta y cinco minutos. Es duro de asimilar para cualquier aficionado valencianista. Y más si tras este resultado, el equipo queda eliminado de la Copa del Rey, y en un derbi.
Algunos jugadores perdieron los papeles, como Joaquín que no pudo controlar sus nervios y acabo siendo expulsado tras llamar tonto y sinvergüenza a un asistente.
Las reacciones no se han hecho esperar. "Estamos muy dolidos todos. Soy muy autocrítico y sacaré conclusiones. Ellos con un paso más, han podido con nosotros" ha afirmado Unai Emery en rueda de prensa. Esperemos que lo sea.
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